Copa Sudamericana: el Rojo goleó y tomó ventaja en Avellaneda
Alan Franco, Ezequiel Barco, Leandro Fernández y Nery Domínguez anotaron para el equipo de Ariel Holan; descontaron Bielkiewicz y Espinoza.
Independiente fue un rayo para Deportes Iquique. Chapoteaba con aspecto amateur el equipo chileno sobre el césped del estadio Libertadores de América cuando el Rojo irrumpió como un tiburón. La camiseta negra con la que jugó fue el semblante de un equipo serio, disciplinado, matador. Un verdugo. A un ritmo de fiebre, el conjunto de Ariel Holan , que completó un primer tiempo fantástico, se impuso a lo guapo, 4 a 2, en la ida de la segunda fase de la Copa Sudamericana. La diferencia, incluso, pudo haber sido mayor, pero redujo varias marchas en el segundo capítulo y dejó pasar la oportunidad de cerrar la serie, que luce encaminada. El 2 de agosto, en Calama, a 2400 metros sobre el nivel del mar, se jugará la vuelta.
Todos los goles que Independiente no pudo convertir ante Lanús los hizo anoche. La baja eficacia que se había registrado en la última fecha del torneo local, en el empate 1 a 1 que lo alejó de la clasificación a la Libertadores, fue apenas una anécdota. Si Holan emplea la tecnología sobre los errores, lo de ayer fue el resultado de una preparación ardua. Independiente, en pocas semanas, lució fresco, como si hubiera dado un paso más en su evolución. En un partido incrustado en el medio del receso local, lo que interrumpe las vacaciones del plantel, el Rojo goleó y mandó un mensaje: si mantiene la base y suma alternativas que le permitan mejorar su recambio, será candidato a pelear cada campeonato.
El desnivel del primer tiempo fue extremo. Durante esa etapa, Independiente jugó a un ritmo imposible para Deportes Iquique, una verdadera sombra. En esas diferencias, Leandro Fernández pudo haber abierto el marcador a los 13 minutos, en lo que fue la primera oportunidad clara. El delantero, que más tarde completaría una muy buena actuación, definió a las manos del arquero. Nueve minutos más tarde, sin embargo, Alan Franco, un central reclutado en las formativas del club, destacado por Jorge Sampaoli, sería responsable de encender el motor. Su gol le dio cuerda al engranaje. Fue la primera partitura de la noche.
Tal era la supremacía de Independiente que a falta de diez minutos para el final de la primera parte, Leandro Fernández vio que Barco había marcado un pase, lo asistió y nació el segundo tanto. Todo el despliegue era mucho para los chilenos. El desconcierto de Deportes Iquique se notaba en cada centímetro. El Rojo, que veía sangre por todos lados, fue por más. A los 40, en efecto, fue el turno del propio Fernández. Faltaba: en la última jugada antes del entretiempo, Nery Domínguez marcó el cuarto.
El segundo tiempo fue un dolor para el local. Independiente cambió su cara y permitió que el conjunto chileno, que estaba para recibir una goleada histórica, descontara dos veces. Así volvió a vivir. Anoche se vieron los dos perfiles del conjunto de Holan, publicó La Nación.